Las aventuras de Perseo (5): Andrómeda.

Perseo logró huir con la cabeza de Medusa. Con las sandalias aladas llegó en poco tiempo a Etiopía, donde encontró a la bellísima Andrómeda, hija del rey Cefeo y Casiopea, que estaba encadenada a unas rocas.

Casiopea era la madre de Andrómeda, y había jurado que era más bella que las mismas nereidas, hijas de Poseidón. Semejante desfachatez no podía quedar sin castigo, de forma que el dios del mar inundó Etiopía y envío terribles monstruos marinos que aterrorizaban a sus barcos. Un oráculo le había dicho al rey Cefeo que sólo entregando a su hija se salvaría el reino del desastre, por lo que no dudó en entregar a la princesa en sacrificio a Ceto, la ballena gigante enviada por Poseidón.

Perseo, claro, se enamoró de ella en cuanto la vio y acordó con los reyes de Etiopía el poder casarse con Andrómeda si la rescataba del castigo.

Usando de nuevo la cabeza de Medusa, petrificó al monstruo, convirtiéndolo en un banco de coral y se dispuso a huir con la princesa, pero Fineo, el tío de Andrómeda, que ansiaba casarse con ella, preparó un ataque contra el héroe. Perseo tuvo que volver a petrificar a sus contricantes para poder marcharse de allí con Andrómeda.

Cuentan las historias que Perseo logró volver a Sérifos, donde se encontró a Polidectes intentando apoderarse por la fuerza de Dánae, su madre. Perseo sacó en el palacio la cabeza de Medusa, para demostrarle que había cumplido su palabra, devolviendo luego a Hermes todas las cosas que los dioses le habían dejado en su aventura. Dicen, además, que fundó con Andrómeda una larga descendencia de reyes.

  • Toda la historia de Perseo, aquí.
  • Andrómeda es nuestra constelación vecina, aquí y aquí.

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